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Psicología positiva y Malestar

La psiquiatría que utiliza métodos médicos y biológicos para tratar los trastornos mentales ha ayudado a la psicoterapia. Además de ello, los psicoterapeutas han buscado desafíos alternativos. Un enfoque alternativo es centrarse en la mejora y la felicidad de personas. Ya no, solamente aliviar el dolor mental y los traumas de los que sufren.

Este enfoque se puede considerar en un área más amplia conocida como psicología positiva y puede incluir no solo a psicólogos, sino también a trabajadores sociales, entrenadores de vida y terapeutas de la nueva era. Pero hay evidencia que sugiere que la cosmovisión tiene un inconveniente.

Algunos psicólogos positivos sugieren que deberíamos aprovechar el día y vivir el momento. Hacerlo nos ayuda a ser más positivos y evita uno de los tres peores estados emocionales. A esos estados, se los  llama emociones CRUDAS: arrepentimiento, enfado y preocuparse. Después de todo, este punto de vista sugiere que lo evitemos sin remordimiento y enojo por el pasado o con preocupaciones sobre el futuro.

Parece una tarea fácil. Pero la psicología de las personas, está formada por vivir en el pasado y en el futuro. Otras especies tienen el instinto y los reflejos para apoyar su supervivencia, pero la supervivencia humana se basa en el aprendizaje y la planificación. No puedes aprender sin vivir en el pasado, y no puedes planificar sin vivir en el futuro.

El arrepentimiento, por ejemplo, que nos puede hacer sufrir al reflexionar sobre el pasado, es un mecanismo mental imprescindible para aprender de los errores y no repetirlos.

Las preocupaciones sobre el futuro también son esenciales para motivarlo a hacer algo que es desagradable hoy, pero que puede generar una mayor ganancia o pérdida en el futuro. Si no estuviéramos preocupados por el futuro en absoluto, es posible que no nos importe conseguir mejoras en nuestra vida y cuidar nuestra salud.

Al igual que el arrepentimiento y la preocupación, la ira es una emoción instrumental. Otros sentimientos nos protegen del abuso y motivan a las personas que nos rodean a respetar nuestros intereses. Además, un cierto nivel de ira en las negociaciones puede ser útil para lograr mejores resultados.

También los estados de ánimo negativos pueden ser muy útiles para hacernos más creíbles y escépticos. Los estudios han estimado que el 80 por ciento de las personas en Occidente son optimistas parcialmente. Es decir, aprendemos más de las experiencias positivas que de las negativas. Esto puede conducir a algunas decisiones mal pensadas, como poner todos nuestros fondos en un proyecto con pocas posibilidades de éxito.

El sesgo de optimismo puede estar relacionado con el exceso de confianza. Por ejemplo, creer que somos mejores que los demás en la mayoría de las cosas. El exceso de confianza puede convertirse en un problema en las relaciones, en donde un poco de humildad puede ayudarte. También puede hacer que no nos preparemos adecuadamente para un trabajo difícil y culpemos a los demás cuando terminamos fallando.

Impacto Social de la Psicología Positiva

A pesar de estas críticas, la psicología positiva ha dejado su huella en la política a nivel nacional e internacional. Una de sus contribuciones fue provocar un debate entre los economistas sobre si la prosperidad de un país debe medirse solo en términos de crecimiento y PIB, o si debe adoptarse una visión más general del bienestar.

Pensó que esto podría medirse preguntando a las personas si pensaban que eran felices. Así se construye el Índice de Felicidad de la ONU, que clasifica a los países según su nivel de felicidad. Él dice que esto está mal; mientras que los cuestionarios sobre felicidad miden algo, no es la felicidad en sí misma, sino su disposición a aceptar que la vida muchas veces es difícil, o bien su tendencia a afirmar que siempre les va mejor que a los demás.

Lecturas esenciales en psicología positiva

Algunos investigadores creen que la psicología positiva es el punto focal de la felicidad, y que tener un control total sobre ella también es perjudicial. Por ejemplo, la utilización cínica de las corporaciones y políticos para trasladar la responsabilidad de la más mínima insatisfacción que sufren las personas en su vida. Esto puede abarcar desde la depresión hasta temas económicas y sociales padecidos por las personas.

Después de todo, si tenemos control total sobre nuestra felicidad, ¿Cómo podemos culpar al desempleo, la desigualdad o la pobreza de nuestra miseria? Pero es cierto que no tenemos un control completo sobre nuestra felicidad, y las estructuras sociales muchas veces pueden conducir a la miseria y a la pobreza. Además de llevarnos a estados de estrés e injusticia. Es ingenuo creer que puedes pensar mejor de ti mismo enfocándote en las emociones positivas cuando estás en peligro financiero o experimentando un trauma importante.

Si bien no creo que la psicología positiva sea una conspiración promovida por empresas capitalistas, sí creo que no tenemos un control total sobre nuestra felicidad y que los esfuerzos para hacerlo pueden hacer que las personas sean más infelices que felices. Prometerle a una persona ser feliz no es más que pedirle que no piense en un elefante rosa; en ambos casos, puede moverse fácilmente en la dirección opuesta. En el primer caso, no poder alcanzar el objetivo de ser feliz puede sumar mucha frustración y autoculpabilización.

Siempre está la pregunta sobre si la felicidad es realmente el valor más importante de la vida. ¿Es también algo estable que pueda perdurar en el tiempo? La respuesta a estas preguntas la dio hace más de cien años el filósofo estadounidense Ralph Waldo Emerson: “El propósito de la vida no es ser feliz. Se trata de ser útil, ser honorable, ser compasivo, tener una buena vida y tener algún tipo de cambio que hayas vivido”.