Comprendiendo sus Efectos y Caminos hacia la Sanación
Cuando una persona es agredida por un extraño, aunque doloroso, no se experimenta lo que se conoce como trauma por traición. En este tipo de agresión no hay un conflicto interno ni un abuso de confianza, por lo que no se siente una contradicción emocional. Sin embargo, cuando la agresión proviene de alguien cercano, de quien dependes o tiene poder sobre ti, surge una capa más profunda de dolor conocida como el trauma de la traición.
¿Qué es el Trauma de la Traición?
El trauma de la traición ocurre cuando existe una relación de dependencia y poder entre la víctima y el perpetrador. Este tipo de trauma se presenta en relaciones donde hay un contrato social implícito, como el de padre e hijo, maestro y alumno, o jefe y empleado. La traición rompe la confianza y profundiza el daño, ya que la víctima no solo sufre la agresión, sino también la pérdida de seguridad y protección en alguien en quien debía confiar.
La Disociación como Mecanismo de Supervivencia
El trauma de la traición puede llevar a la víctima a disociarse: una parte de ella reconoce el abuso, mientras que la otra lo niega o lo ignora. Esta división es una forma de adaptación para sobrevivir a una situación imposible. La víctima se encuentra en un dilema, ya que depende de la relación con el perpetrador para su supervivencia física, emocional o económica, pero también necesita protegerse del daño. Esto da lugar a un mecanismo de defensa en el que la persona elige inconscientemente “no ver” el abuso como una estrategia para afrontar la crisis.
Las Consecuencias Psicológicas del Trauma de la Traición
Jennifer Freyd y Pamela Birrell, expertas en el tema, destacan que la ceguera ante la traición es una poderosa técnica de supervivencia. No es raro que las víctimas desarrollen síntomas de depresión, ansiedad, disociación, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y problemas de salud física. Además, quienes han sufrido este tipo de trauma tienen mayor riesgo de volver a ser victimizados.
La ceguera autoinducida ante la traición es un mecanismo que ayuda a la víctima a evitar el dolor que trae consigo la conciencia total del abuso. No obstante, esto también impide que la persona afronte el daño y comience su proceso de sanación.
Recuperación del Trauma de la Traición
La recuperación del trauma de la traición implica enfrentarse a la verdad, recordar y articular lo sucedido. Las personas que logran sanar encuentran alivio al nombrar la experiencia, contar su historia y desvincularse emocionalmente de su pasado. La terapia con un profesional empático es un recurso clave para muchas víctimas, quienes encuentran un espacio seguro donde pueden reconocer el daño sufrido sin culpa.
Freyd y Birrell subrayan la importancia de reconstruir una narrativa más realista y honesta sobre lo sucedido. En este proceso, las víctimas dejan de culparse y comprenden que sus respuestas de supervivencia, como el abuso de sustancias o los intentos de suicidio, fueron formas de lidiar con una situación insostenible.
El Rol del Cuerpo en la Sanación
Además de la terapia, Freyd y Birrell aconsejan que las víctimas trabajen en la reconexión con su cuerpo. El autocuidado, el descanso, la alimentación adecuada y el ejercicio físico son fundamentales para restaurar la confianza en las respuestas naturales del cuerpo, permitiendo que las personas vuelvan a sentirse seguras y fortalecidas.
En resumen, la sanación del trauma de la traición implica enfrentar el dolor, salir de la oscuridad de la ceguera y reconstruir una vida donde la confianza en uno mismo y en los demás pueda florecer nuevamente.
