Home Psicología Social ¿Cómo afectan las interacciones digitales y en persona al bienestar?

¿Cómo afectan las interacciones digitales y en persona al bienestar?

Los humanos somos seres sociales y está bien establecido que las relaciones sólidas son buenas para nosotros. Muchos estudios muestran que nos sentimos mejor cuando socializamos que cuando estamos solos. Pero algunos han argumentado que las interacciones digitales, con su falta de señales sociales, como expresiones faciales e información vocal, son menos satisfactorias que sus contrapartes fuera de línea. Algunos estudios han demostrado que el tiempo de pantalla está asociado con un menor bienestar; aunque los resultados han sido mixtos.

Una de las dificultades para entender cómo las diferentes formas de socialización afectan el bienestar es que muchos estudios comparan diferentes personas con diferentes hábitos de socialización. Por lo tanto, no está claro si los hábitos de socialización están contribuyendo al bienestar de las personas o si el bienestar en sí está influyendo en los hábitos sociales de las personas. Por lo tanto, la mayoría de las investigaciones sobre este tema no nos dicen mucho sobre cómo las interacciones digitales de las personas individuales afectan su bienestar en el momento. Estos estudios tampoco tienden a comparar las interacciones digitales con sus contrapartes cara a cara. ¿Es la socialización digital un reemplazo adecuado para las interacciones cara a cara, otorgando los mismos beneficios? ¿La socialización digital es dañina, haciéndonos sentir peor que simplemente pasar tiempo sin interacción social?

Un nuevo artículo de Lara Kroencke y colegas recién publicado en el Revista de personalidad y psicología social buscó responder a estas preguntas utilizando datos de tres estudios a gran escala de estudiantes universitarios, siguiendo su actividad social a lo largo del tiempo. Seguir la actividad de las personas a lo largo del tiempo permite a los investigadores determinar qué tan bien se sienten las personas en una variedad de situaciones. Podemos mirar a la misma persona y comparar su estado de ánimo típico cuando interactúa en persona, en línea, a través de mensajes de texto o pasa tiempo sin socializar.

El método de los investigadores

Kroencke y sus colegas examinaron datos de tres estudios en los que participaron más de 3000 estudiantes universitarios que contribuyeron con más de 139 000 informes sobre su actividad social y estado de ánimo. Los participantes completaron encuestas diarias de 5 a 7 veces al día durante un período de hasta un mes. A lo largo del día, los participantes recibieron notificaciones por correo electrónico indicándoles que completaran una encuesta en línea en la que informaban sobre su actividad en los 15 o 60 minutos anteriores a recibir la notificación (la duración del tiempo difirió entre los estudios). Los participantes respondieron preguntas sobre su estado de ánimo y las interacciones sociales que tuvieron durante el breve período inmediatamente anterior a la encuesta.

Es importante destacar que los participantes indicaron el modo de comunicación para cualquier interacción social que informaron: cara a cara y varios métodos de comunicación a distancia, que incluyen hablar por teléfono, enviar mensajes de texto, correo electrónico o interacciones en las redes sociales, marcando todo lo que se aplicaba a la período de tiempo en cuestión. Luego, los investigadores clasificaron las respuestas en tres categorías: cara a cara, mediada por computadora (cualquier combinación de las otras respuestas) y mixtas (una combinación de cara a cara y otros modos). Los participantes informaron que no socializaron en poco más de un tercio de los períodos de tiempo informados.

Para aquellos períodos en los que informaron haber socializado, el 43% de estas interacciones fueron cara a cara, el 31% mediadas por computadora y el 27% mixtas. La mayoría de las interacciones mediadas por computadora involucraron mensajes de texto (p. ej., chatear en una aplicación o mensaje de texto), siendo las interacciones en las redes sociales las segundas más comunes, y las conversaciones telefónicas o de video las menos comunes.

Los resultados

En los tres estudios, los participantes experimentaron un mayor bienestar después de interactuar en persona o participar en interacciones mixtas (mezcla de socialización en persona y mediada por computadora durante el mismo período de tiempo), en comparación con períodos de tiempo en los que no estaban socializando en absoluto. Pero, ¿cómo les fue a las interacciones completamente mediadas por computadora? Las personas generalmente informaron sentirse mejor interactuando en persona que a distancia. Pero incluso esas interacciones mediadas por computadora se relacionaron con un mayor bienestar que no socializar en absoluto. Esto demuestra que mientras Es probable que la socialización cara a cara nos dé el mayor impulso en el estado de ánimo, socializar a distancia sigue siendo mejor que nada..

Los investigadores también compararon a las personas que generalmente participaban en altos niveles de interacciones sociales con aquellas que eran menos sociales. Descubrieron que las personas que informaron más interacciones sociales cara a cara eran más felices que aquellas con menos interacciones de este tipo. Sin embargo, la cantidad de personas que socializaban a través de la computadora en las que participaban no estaba relacionada con el bienestar. Esto sugiere que es probable que las personas que tienen una vida social más rica en persona se ajusten mejor en general.

El estudio también examinó cómo la personalidad se relaciona con los efectos de la comunicación en el bienestar. Sorprendentemente, los efectos de la interacción social sobre el bienestar no estaban relacionados con los niveles de amabilidad de los participantes (la tendencia a llevarse bien y cooperar con los demás), extroversión, escrupulosidad (la tendencia a ser organizado y confiable) o apertura (la tendencia a estar abierto a nuevas experiencias). Es decir, el efecto promedio de estos modos de comunicación fue el mismo para personas con diferentes personalidades.

La única excepción a esto fue neuroticismo – la tendencia a ser ansioso y emocionalmente inestable. Las personas con alto nivel de neuroticismo en realidad se beneficiaron más de las interacciones sociales que las personas que estaban bajas en el rasgo. Esto sorprendió a los investigadores que esperaban que las personas emocionalmente inestables se beneficiarían menos debido a su tendencia a experimentar emociones negativas al interactuar con los demás. Especularon que esta tendencia de las personas ansiosas a beneficiarse más de la interacción social podría deberse a su tendencia a necesitar y, por lo tanto, buscar el apoyo social de los demás.

Conclusión

Es importante recordar que estos resultados son patrones generales que surgieron de muchas personas que tuvieron diferentes tipos de experiencias sociales. Los investigadores agruparon varios tipos de socialización mediada por computadora y no pudieron examinar los muchos matices de cada situación social individual que describieron los participantes. No obstante, estos resultados sugieren que la socialización en cualquier forma, ya sea en persona, por teléfono, mensajes de texto oa través de las redes sociales, es probable que mejore nuestro estado de ánimo. Sin embargo, no todos los modos de comunicación son iguales. Obtenemos el mayor impulso de la socialización cara a cara a la antigua, y ese impulso parece ser el mismo, ya sea que lo mezclemos o no con interacciones digitales.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.