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3 formas de luchar contra el rechazo

Muchos clientes llegan a terapia con severas heridas de rechazo. Pueden decir cosas como: “Simplemente no entiendo por qué alguien trataría a alguien de esa manera” o “¿qué he hecho para merecer esto?” o “¿por qué no puedo sentirme querido por una vez?”.

Es desafortunado serlo, ya que estos sentimientos pueden ser extremadamente desmotivadores y aislantes. Pero la sensibilidad al rechazo no es un problema insuperable. Aquí hay tres formas de hacer que tu actitud sea a prueba de rechazo.

1. Mantén tu enfoque en el presente y el futuro, no en el pasado.

Hay una cosa que todas nuestras experiencias de rechazo tienen en común: sucedieron en el pasado. Ya sea una relación que no funcionó, una entrevista de trabajo que salió mal o una prueba que no salió según lo planeado, se acabó y se acabó.

Si bien eso puede sonar desdeñoso (claro, estas cosas no se sienten muy bien y ciertamente pueden doler en el presente), es la verdad. Depende de ti dejar el pasado en el pasado.

Los psicólogos hablan de personas que tienen diferentes “perspectivas temporales”. Algunos de nosotros, por personalidad, nos enfocamos más en el presente y el futuro. Otros son más nostálgicos y prefieren gastar su energía mental recordando buenos tiempos.

Otras personas caen en la desafortunada categoría de “negativos del pasado”. Estas personas tienden a revivir experiencias pasadas que son hirientes o que provocan ansiedad, como las veces que experimentaron rechazo. Estas son a menudo las personas que han tenido experiencias debilitantes con el rechazo. Llegan a temer el rechazo hasta el punto de aislarse de los demás o dejar pasar experiencias potencialmente gratificantes porque no creen que funcione bien para ellos.

Pero lo único que separa a alguien con un enfoque “negativo en el pasado” de estar más enfocado en el futuro o en el presente son ellos mismos. Sus pensamientos y emociones fluyen de sus comportamientos. Haga cosas para enfocar sus comportamientos en el presente y el futuro (por ejemplo, incorporar ejercicios de atención plena en su rutina diaria, adherirse a un régimen de ejercicios, participar en psicoterapia centrada en soluciones o establecer metas ambiciosas para usted mismo).

Es posible que sus pensamientos se desvíen cada vez menos hacia esos lugares dolorosos de rechazo hasta que finalmente se evaporen por completo de su conciencia.

2. Aprenda a detectar rechazos imaginarios.

Todos experimentamos rechazo; es parte de la vida. Algunas personas, sin embargo, son tan hipersensibles que comienzan a ver rechazo donde no lo hay. Pueden suponer que el lenguaje corporal de alguien transmite una señal de irritación o aburrimiento cuando, de hecho, no existía. Podrían, sin fundamento, inferir la opinión de alguien sobre ellos escuchándola de segunda o tercera mano de otra persona.

Tendemos a tener reacciones negativas en lugar de neutrales cuando nos enteramos de que alguien se siente neutral con respecto a nosotros. Esto significa que la mayoría de las personas probablemente van por la vida sintiéndose más rechazadas de lo que realmente son. Además, una historia de rechazo real, por ejemplo, por parte de padres negligentes o compañeros que rechazan, parece aumentar esta tendencia. Visto de esta manera, el primer paso para abordar las preocupaciones de uno con la aceptación y el rechazo es examinar la evidencia de la manera más objetiva posible, tratando de no endulzar las reacciones de los demás ni leer demasiada negatividad en ellas.

En otras palabras, asegúrese de verificarse a sí mismo la próxima vez que perciba rechazo en una situación ambigua. No tenga miedo de contarle el escenario a un amigo o familiar que pueda ofrecer una perspectiva imparcial de la situación. Y haz tu mejor esfuerzo para errar por el lado de inferir aceptación, no rechazo.

3. Cuente tanto sus ganancias como sus pérdidas.

Como humanos, tendemos a preocuparnos por la información negativa. Este modo de pensar tiene una base evolutiva: centrarse en las amenazas potenciales en nuestro entorno nos mantuvo a salvo en condiciones inciertas.

Desafortunadamente, puede hacer que percibamos erróneamente cuántos desprecios, insultos y rechazos experimentamos en realidad. Una forma de combatir este modo de pensar es hacer un seguimiento de sus aceptaciones y rechazos. La vida da y la vida quita. Asegúrese de celebrar y saborear sus victorias al menos tanto como lamenta sus pérdidas. Esto puede ayudarte a mantener en contexto los inevitables rechazos de la vida.

Conclusión

Ninguno de nosotros quiere sentir que nuestra experiencia con el rechazo está guiando nuestra vida. Para protegerse de caer en esta trampa.

  1. Recuerda enfocarte más en el presente y el futuro y menos en el pasado.
  2. Aprende a verificar tus rechazos imaginarios.
  3. Tenga en cuenta que es probable que tenga una victoria (o dos) por cada pérdida.
  4. Finalmente, es importante cultivar una estructura de apoyo sólida (amigos, familia, recursos, etc.) que le permita recuperarse rápidamente de los contratiempos.

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