Psicología de la desinformación. A medida que los humanos evolucionamos, desarrollamos una serie de mecanismos psicológicos para manejar la información que nos rodea. Pero en el entorno de los medios del siglo XXI, nos enfrentamos a una cantidad de mensajes e información que crece exponencialmente. Es por esto que muchas de las herramientas que utilizamos cotidianamente nos ponen en peligroso frente a la desinformación.
Los mensajes persuaden no solo están en carteles y anuncios. Sino qué también en muchos lugares inusuales memes, imágenes y contenido compartido por amigos y familiares. Cuando vemos un anuncio de galletitas, podemos sentirnos bastante seguros de que quiere convencernos de la excelencia del producto y es probable que el creador sea el comercializador de ese producto.
Sin embargo, los objetivos de las campañas de desinformación hacen que sea más difícil detectar e identificar a los creadores de contenido. Pocos espectadores tendrán una idea del objetivo o identidad sobre el creador de un meme compartiendo contenido relacionado con el COVID-19 y las vacunas. Y dado que este contenido aparece en lugares no tradicionales, estamos menos atentos a sus elementos persuasivos.
Estudios sobre la psicología de la desinformación
Vivimos en un entorno de información desorientador. Por lo tanto, examinamos cómo es el procesamiento normal de la información. Para luego analizar los mecanismos psicológicos sociales pueden explotarse a través de campañas de desinformación.
Podríamos identificar cuatro mecanismos psicológicos principales que hacen que las personas sean vulnerables a la persuasión.
- Procesamiento de información inicial: Nuestra capacidad de procesamiento mental es limitada. Simplemente no podemos analizar en profundidad toda la información nueva que podemos ver. Para manejar este problema, nuestro cerebro toma atajos mentales para ingresar nueva información. Por ejemplo, una campaña de desinformación orquestada por Irán conocida como Endless Mayfly aprovechó este atajo mental. Lograron crear una serie de sitios web diseñados para representar a organizaciones de noticias legítimas y conocidas como “The Guardian” y “Bloomberg News“. Estos sitios similares fueron menos estudiados por usuarios individuales que vieron el logotipo familiar y asumieron que el contenido era confiable y preciso.
- Disonancia cognitiva: Nos sentimos incómodos frente a dos ideas en competencia, viviendo lo que los psicólogos llaman disonancia cognitiva. Estamos motivados para reducir la disonancia cambiando nuestra posición. Por esto, rechazamos información contradictoria o aumentamos la importancia de la información compatible. La información errónea difundida por el gobierno chino después de las protestas de 2019 en Hong Kong se aprovechó del deseo humano de prevenir la disonancia cognitiva. Por ello brindaron una narrativa clara y coherente a la gente al poner al gobierno chino bajo una luz positiva y retratar a los manifestantes de Hong Kong como terroristas. Logrando evitar que la audiencia sintiera la disonancia que podría resultar de tratar de reconciliar las tensiones entre el gobierno chino y los manifestantes de Hong Kong.
- Influencia de los miembros del equipo, creencias y novedad: No toda la información es igualmente valiosa para los individuos. Es más probable que compartamos información con personas que consideramos miembros de nuestro entorno cuando creemos que es cierta y cuando es innovadora o urgente. Por ejemplo, la campaña del hashtag #CoronaJihad aprovechó la aparición de una nueva enfermedad. Para difundir la desinformación acusando a los musulmanes de la India de su origen y contagio.
- Emoción y entusiasmo: No toda la información nos afecta por igual. La investigación muestra que prestamos más atención a la información que genera emociones intensas o nos impulsa a actuar. Esto significa que es más probable que compartamos información que nos divierte o enoja. La operación de Infección Secundaria coordinada por Rusia trató de crear disidencia en un enemigo ruso como el Reino Unido mediante la creación de noticias falsas sobre temas que pueden conducir a respuestas emocionales intensas, como amenazas terroristas.
Conclusión
A pesar de su impacto en la difusión de información errónea, estos mecanismos pueden ser generalmente saludables y útiles en nuestra vida diaria. Nos permiten filtrar el ataque de información e imágenes que encontramos regularmente. Además, los anunciantes utilizan el mismo mecanismo para vender cereales o periódicos. El entorno de información actual es mucho más complejo que hace 10 años. Por lo tanto ha aumentando la cantidad de actores maliciosos que quieren explotarlo. Estos patrones normales de pensamiento representan una vulnerabilidad que debemos abordar para proteger a nuestra salud mental.
