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El Amor lacaniano

El amor lacaniano. Según el psicoanalista francés Jacques Lacan, existen dos maneras de amar. La primera está relacionada con la posesividad y el egoísmo. Estas formas tienen un correlato anal, no querer soltar. A su vez, existe una segunda forma de amor, a la que llamó “amor emergente”. Los niños nacen y desarrollan patrones a su edad, incluido este amor posesivo, pero en cierto punto de su desarrollo, a los cinco años, hay un cambio interno y el niño cambia y comienza a amar a los demás, deja de ser posesivo y sigue adelante. Es decir, se da otro tipo de amor.

La posesión se caracteriza por todo comportamiento infantil, generalmente menor de 5 años, donde prima el egoísmo y la posesividad: mi pelota, mi madre, etc. Según Lacan, el amor y la posesión no pueden mostrar satisfacción alguna, y si hay satisfacción, es sólo el tiempo de poseer el objeto.

El amor absoluto deja un vacío porque no tiene de qué despedirse, no deja recuerdos y deja vacíos que no se pueden llenar. Esto lo encontramos también en las relaciones de muchas parejas adultas o adolescentes.

El amor lacaniano y el complejo de Edipo

La etapa del complejo de Edipo llega a los 3 años y medio, después de lo cual sobreviene el amor. (Cuando expliqué esto, recibí un grito de la audiencia). El amor duradero es el amor que se practica profundamente sabiendo que un amante puede irse cuando quiera, y aunque me deje esta noche, todavía puedo amarlo profundamente y aceptar que puede irse.

En la misma medida, uno se comprometo con un amor profundo que amo hasta que mi corazón deja de latir, y si me preocupo por alguien más, volveré allí y estaré en paz. El amor duradero es la persona que sufre de celos, que le molesta porque su pareja mira a los demás, pero aun cuando tiene celos, acepta, reconociendo que las personas que están con él pueden salir y desaparecer en cualquier momento.

Dejar y respetar la libertad y el crecimiento de una persona. El amor de la posesividad es superado por el triángulo de Edipo, en el que el niño se enfrentará a las emociones amorosas de la infancia. El complejo de Edipo dura alrededor de un año y comienza cuando el niño entra en el complejo de Edipo como un narcisista idealista, una persona egoísta.

Un año después, dependiendo de cómo los padres aborden la situación, el niño aceptará a su hermano, aceptará dormir en otra habitación, aceptará que su madre no es su padre y su madre también lo aceptará. El niño deberá encontrar su pareja fuera de la familia.

Función de los padres

Esta transformación edípica es el arte de ser padres. Los padres hacen esto por instrucción amorosa, pero por ley. Un niño que pasa por un complejo de Edipo adecuado será una criatura que aprende a respetar los derechos de los demás, aprende a compartir y aprende a perder. No hay nada que le duela más a un niño de cuatro años que perder a su madre y su amor, convirtiéndolo en un buen hombre.