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Gustave Le Bon Biografía

Gustave Le Bon nació el 7 de mayo de 1841. Fue un sociólogo y físico aficionado. En el campo de la psicología social fue muy influyente por sus contribuciones al trabajo social y grupal. Es autor de numerosos trabajos que explican teorías sobre las características raciales, el comportamiento y la psicología de las masas.

Su trabajo sobre las masas se hizo famoso en la primera mitad del siglo XX cuando los estudiosos de los medios lo utilizaron para describir las reacciones de los grupos afiliados a los medios.

Aporte a la psicología de masas

¿Qué hizo Gustave Le Bon?

Le Bon fue el primero en describir los fenómenos colectivos. Por eso algunos lo consideran el fundador de la psicología social. Le Bon creyó que los humanos desarrollaban colectivamente comportamientos que no hubieran sido llevados a cabo individualmente.

Gustave Le Bon (1841-1931) fue un viajero incansable. Sus primeras travesías fueron por África del Norte, India y Nepal despertando su interés en la manera en qué vivían esas civilizaciones. Producto de esos viajes, Le Bon se interesó en la psicología social, la etnografía, la antropología, la sociología, la filosofía de la historia y la historia de las civilizaciones.

Psicología de las masas de Le Bon

La naturaleza de las multitudes ha sido durante mucho tiempo un tema de interés en la filosofía. Sin embargo, en los siglos XVIII y XIX fue una época en la que se puso un mayor énfasis en la comprensión de la psicología de las masas. Fue el filósofo del siglo XVIII Jean Jacques Rousseau quien dijo “…tenemos un conocimiento muy imperfecto del corazón humano si no lo examinamos también en las multitudes.”

¿Qué es una multitud o una masa?

Le Bon definió una multitud como un grupo de individuos unidos por: una idea, creencia o ideología común. La idea que une a una multitud no se elige mediante un proceso de razonamiento claro y examen de evidencia. En cambio, las multitudes aceptan creencias e ideas superficialmente y las utilizan como combustible para la acción revolucionaria.

Cuando un individuo pasa a formar parte de una multitud, según Le Bon, sufre una profunda transformación psicológica. Es decir, el deja de operar como un individuo racional. Esto produce que la persona se transforma. Pasando a vivir no para sí, si no para los deseos de la masa grupal. “En una multitud, cada sentimiento y acto es contagioso, y contagioso a tal grado que un individuo sacrifica fácilmente su interés personal por el interés colectivo”.

Le Bon sostuvo que una multitud se forma cuando: “Una idea influyente une a una serie de individuos y los impulsa a actuar hacia un objetivo común”. Estas ideas influyentes, sin embargo, nunca son creadas por miembros de la multitud. En cambio, son traídas al mundo por las mentes de grandes individuos.

Dirá Le Bon que quienes componen una multitud son por naturaleza mediocres e incapaces de comprender estas ideas en su forma original. Por lo tanto, para que una idea una e influya en una multitud, será necesario simplificarse completamente: “Las ideas que solo son accesibles para las multitudes después de haber asumido una forma muy simple, a menudo deben sufrir las transformaciones más profundas para volverse populares”.

El líder en la masa para Le Bon

Para Le Bon, un gran filósofo podría ensalzar la naturaleza de la libertad en una obra maestra de 800 páginas. Sin embargo, la multitud sería incapaz de comprender tales pensamientos. Es por ello, que  necesita la simplificación del concepto de libertad para estimular la acción revolucionaria.

Le Bon propuso que aquí es donde entran los líderes. Porque es el líder de una multitud quien comunica ideas simplificadas a la multitud y, al hacerlo: la une. Por lo tanto, la estimula a actuar. Al respecto señala Le Bon “La mayoría de los hombres, especialmente entre las masas, no poseen ideas claras y razonadas sobre cualquier tema fuera de su propia especialidad. El líder les sirve de guía”.

Las masas en la actualidad

En la actualidad, uno puede ver cuán vigorizadas y rejuvenecidas se vuelven las multitudes cuando escuchan a un líder pronunciar un discurso. Proclamando, por la causa que se está llevando adelante. Una vez que se proclaman estas palabras, los miembros de la multitud asienten con la cabeza en obediencia ciega a cualquier otra cosa que salga de la boca del líder, completamente ignorantes en cuanto a los propósitos del líder.

Comportamiento

Refiriéndose a las ideas que manipulan los líderes para gobernar y controlar a las multitudes, Le Bon escribió: “Por muchos son considerados como fuerzas naturales, como poderes sobrenaturales. Evocan imágenes grandiosas y vagas en la mente de los hombres, pero esta misma vaguedad que las envuelve en la oscuridad aumenta su poder misterioso. Son las divinidades misteriosas escondidas detrás del tabernáculo, a las que los devotos solo se acercan con miedo y temblor”.

Analizando las masas

Al abordar estas ideas simplificadas, y por lo tanto gravemente mal entendidas, como divinidades misteriosas, una multitud siempre forma un relación religiosa con las ideas que los motivan a la acción. Siendo así incluso cuando las ideas no tienen un componente explícitamente religioso: “Una persona no es religiosa solamente cuando rinde culto a una divinidad, sino cuando pone todos los recursos de su mente, la completa sumisión de su voluntad y el ardor de todo el alma del fanatismo al servicio de una causa o de un individuo que se convierte en la meta y guía de sus pensamientos y acciones”.

Si bien las multitudes son capaces de realizar actos que logran tanto el bien como el mal, Le Bon creía que la mayoría de las veces multitudes cometen actos bárbaros e inmorales. ¿Por qué las multitudes actúan con tanta frecuencia de manera inmoral?

Le Bon dio la siguiente explicación: “…nuestros instintos salvajes y destructivos son la herencia latente en todos nosotros desde las edades primitivas. En la vida del individuo aislado sería peligroso para él satisfacer estos instintos, mientras que su absorción en una multitud irresponsable, en la que en consecuencia tiene asegurada la impunidad, le da entera libertad para seguirlos”.

Aportes de Le Bon en el campo de la física

También ha contribuido a discusiones en física sobre la naturaleza de la materia y la energía.

Su libro “La evolución de la materia” fue un gran éxito en Francia. Logrando ser publicado más de veinte veces. Sin embargo, aunque algunas de sus ideas fueron bien recibidas por los físicos de la época, en particular que toda la materia es inherentemente inestable y constante. Convirtiéndose lentamente en radiación, las fórmulas específicas para ese campo científico no han recibido mucha atención.

Aunque poco notado por la comunidad científica, Le Bon fue el primero en descubrir qué la gran energía se puede liberar de un átomo. Esto se puede encontrar en el capítulo “Energía dentro del átomo” en “La evolución de la materia”. Este descubrimiento es anterior a la teoría de la relatividad de Einstein. Es decir, antes de 1905. En 1896, informó que había notado un nuevo tipo de radiación, a la que llamó “luz negra”. Hoy en día ese término se usa en un sentido diferente.

Conclusiones

No obstante, Le Bon creía entender qué motivaba a las personas a unirse a una multitud. Cuando un individuo vive su vida como individuo, es decir, cuando se ve obligado a asumir la responsabilidad de su vida, es probable que sienta una carga aplastante y una sensación de impotencia que parece que no puede quitarse de encima.

Al unirse a una multitud o a un movimiento de masas, el individuo se libera temporalmente de esta responsabilidad y sensación de impotencia, y llega a sentir que es capaz de hacer temblar los cimientos de la tierra.

Le Bon pensó que, en cierto sentido, todos somos parte de una multitud, ya que todos somos motivados por ideas e ideologías que se socializan en nosotros y a través de la acción comunitaria nos unen con otros en nuestra cultura. Muchas de nuestras acciones, en otras palabras, están motivados por ideas, creencias e ideologías que no entendemos. Le Bon pensó que era imposible liberarse por completo de todas estas ideas implícitas.

Sin embargo, sostuvo que la libertad y la independencia parciales pueden lograrse sacando a la luz de la razón las ideas, valores y creencias que guían nuestras acciones. Porque como Le Bon sabiamente afirmó: “La tiranía ejercida inconscientemente sobre la mente de los hombres es la única tiranía real, porque no se puede combatir contra ella”.

Gustave Le Bon falleció el 13 de diciembre de 1931.

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